DAVID RIVADENEIRA SAXOFONISTA
"Existen personas con discapacidad visual que no se arreglan porque creen que si ellos no ven, a ellos tampoco los ven"- David Rivadeneira
Nació en Quito, Ecuador en el año 1990. David Rivadeneira nació con un problema visual que ocasiono su madre de manera accidental en el primer trimestre de gestación; según los médicos su problema radica en una mala formación del nervio óptico al conectarse con el cerebro, secundario a una hipoxia.
Ha padecido baja visión desde que nació, sin embargo su familia apenas y fue consciente de esto, hasta los cinco meses de edad.
UN VIAJE MENTAL HACIA EL PASADO
Mamá de David: Cuando David era un niño, asistió a clases en una escuela para niños sordos y ciegos. Fue allí donde se aproximó por primera vez a quien sería su compañera para toda su vida, pues aprendió el gusto por la música y en especial por el canto, sin embargo, no tuvo éxito con éste, pero su afinidad por la música iba mucho más allá, por lo que decidió seguir con piano y posteriormente con el saxofón. Siendo este último, el que actualmente lo ayuda en sus mejores y algunos no tan buenos momentos, es el que le permite su subsistencia económica.
Siempre tuvo un apoyo incondicional de su familia y por su discapacidad visual fue tratado con diferencia pero nunca de mala forma.
Entrevistadores: En nuestro encuentro con David, contaba lo difícil, que fue para él aprender a tocar el instrumento, dado que no lograba ver donde quedaba la localización de sus dedos, sin embargo, su entereza y gusto por esos sonidos, lo motivaban a no dejarlo de lado; por el contrario, tuvo que esforzarse mucho más que otros aprendices, tuvo que agudizar sus otros sentidos, en este caso sus oídos se convirtieron en su guía, entendiendo que solo debía dejar que ellos lo dejaran fluir con las melodía, hasta que finalmente lo logró. Y quien iba a decir que en este aprendizaje, sería su compañero, ese que tanto trabajó, horas y horas de práctica costó, le estaría dando hoy la oportunidad de trabajar en eso que tanto ama.
Abuela de David: David siempre se ha caracterizado por llevar una imagen impecable a pesar de no verse completamente bien él mismo; siento que es una cualidad y virtud el no dejarse descuidar solo por no verse. Ahora que es un hombre, lleno de sueños y feliz por cumplirlos, solo puedo sentirme orgullosa de lo fuerte que ha sido, de lo valiente que es todos los días por querer salir y conocer el mundo de una forma que solo él puede, para él no es necesario visualizar los campos verdes, ni saber si una persona es bonita o no por fuera. a David le basta con interactuar, sentir y expresarse de forma libre sin ser criticado o juzgado.
Antonio amigo de David: Conocí a David cuando llego por primera vez a la academia de música, el primer día descubrí que tipo de limitación tenía, entonces decidí ser su compañía en la clase. Jamás creí que aprendería tanto de una persona en un primer día, sentí un aura y vi en él un potencial enorme por querer aprender más que los demás. Al pasar el tiempo, David fue desarrollando nuevas técnicas y formas de manipular los instrumentos para aquellos que no podían ver donde se encontraban sus dedos, siendo esto una bendición porque al mismo tiempo ayudo a otros que llevaban meses con una misma nota.
Actualmente David Rivadeneira, es músico, encontró en ella su refugio, el lugar donde no necesita de figuras, detalles para vivir la vida, porque él vive a través de su instrumento, demuestra ser un ejemplo, vive orgulloso de lo que hace, de lo que logró a pesar de las dificultades y en ocasiones de los rechazos de los que fue víctima.
David Rivadeneira encontró en las melodías otro camino para ver a su manera el mundo para el que nació.
Este bello instrumento es quien le ha permito abrir sus rumbos a conocer diferentes ciudades de varios países especificando que uno de sus lugares favoritos fue Colombia, por su diversidad, acento, cultura y amabilidad quedo fascinado y que orgullo para nosotros los Colombianos que personas como él, se enamoren de nuestra bella y diversa Colombia.
Afirmo querer volver pronto, conocer la Universidad de la Salle y su famosa Clínica de la Salle.
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